La morosidad empresarial, una de las principales asignaturas pendientes de la economía española
La morosidad sigue siendo un problema para la mayor parte de trabajadores por cuenta propia de nuestro país. Según un reciente barómetro de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el 41,7% de los autónomos españoles tuvieron problemas para cobrar sus facturas de empresas y Administraciones Públicas en el primer semestre del año.
En un entorno de crecimiento económico, la morosidad debería comenzar a ser un asunto de una importancia menor. Al menos, si lo contemplamos desde una perspectiva lógica y justa.
Sin embargo, a estas alturas todavía sigue siendo una de las principales asignaturas pendientes de la economía española.
Aunque los plazos de pago a proveedores se han reducido en los últimos meses y previsiblemente se reducirán aún más, todavía están lejos de los plazos establecidos por la Ley de Morosidad y de lo que marca el Tribunal Supremo.
Si bien estos plazos no pueden superar los 60 días, en algunos casos se sitúan en más de 150 días
Por esta razón, los principales partidos están tomando posiciones para evitar uno de los mayores problemas con los que tienen que lidiar las pymes españolas, pues comprometen su supervivencia futura por la falta de liquidez que les supone aplazar los pagos.
La mayoría de ellos coinciden en que este problema se podría atajar estableciendo un proceso sancionador que sirva para disuadir a las empresas y administraciones públicas incumplidoras.
Una de las peticiones sería la de elaborar campañas divulgativas que conciencien a todos los agentes de la necesidad de cumplimiento de los plazos de pago a sus proveedores y acreedores comerciales.
Entre 2007 y 2012, desaparecieran en nuestro país 61.642 empresas y se destruyeron 600.000 empleos como consecuencia de la incidencia de la morosidad de la administración.
Por el momento, las medidas tomadas para evitar la morosidad han estado lejos de lograr su objetivo. Tanto el IVA de caja como el plan de pago a proveedores no han conseguido, por diferentes razones, sus objetivos.
La influencia de la morosidad en el desempeño de las pymes no refleja grandes diferencias por tamaño de empresa. La competencia, los costes de producción y la regulación son los factores del entorno más relevantes para las más pequeñas, así lo recoge CEPYME en su boletín.
A pesar de que el registro del Índice Sintético de Morosidad Empresarial (ISME) del segundo trimestre indica una desaceleración con respecto al primer trimestre, el repunte de 3 puntos en el año consolida la tendencia de elevación de los niveles de morosidad observada desde el suelo del primer trimestre de 2013.
El ISME es un índice sintético basado en los indicadores simples del Periodo Medio de Pago y la Ratio de Morosidad durante un trimestre concreto del año, compuestos ambos mediante una media aritmética de la realidad empresarial
El sector agroalimentario es la rama de actividad con mejor comportamiento en el cobro de facturas, mientras que los sectores textil y de construcción y promoción acumulan el mayor retraso en el cobro, con más de 90 días
Aragón y Castilla y León se consolidan como las regiones con menores periodos medios de pago, con 70,7 y 73,9 días. Murcia acumula más de 32 días sobre el periodo legal.